Por Jorge Búsico
Publicado en www.canchallena.com
Situémonos en 1987. Los Pumas venían de recibir un duro golpe en el primer Mundial al ser eliminados en la primera rueda. Rodolfo O’Reilly es convocado para retomar el timón y debía recomponer las naves. Recibe un llamado y le avisan que en Tucumán hay un tercera línea fuera de lo común: Pablo Garretón. Michingo no lo conocía, pero lo cita para el primer entrenamiento. Tanto no sabía de él, que cuando manda al equipo a la práctica, le da una palmada en la espalda y le dice: "Todo bien, pero con los periodistas hablamos después".
Garretón responde más de la cuenta a las expectativas en ese primer entrenamiento y de ahí en más se gana la titularidad en Los Pumas. En aquellos test en Vélez ante Australia (empate y triunfo) y luego en una campaña que incluso lo llevó a ser el capitán en el Mundial siguiente, en 1991.
A partir de ese momento, O’Reilly y Garretón forjaron una gran amistad, y la historia los juntó una vez más este fin de semana que pasó. Ambos participaron en Resistencia, Chaco, de la cuarta edición de Camino a Ser Puma, unas jornadas de un valor único que organizan las madres que integran la Red Solidaria Federico Acosta, en homenaje al chico que murió hace cinco años tras sufrir una grave lesión cervical jugando al rugby para su club, el CURNE de Resistencia.
Camino a Ser Puma culminó ayer en el CURNE otra edición con la gran fiesta reservada para los juveniles del Noroeste argentino. Más de 200, de entre 14 y 17 años, representando a clubes del Chaco, Corrientes y Misiones, jugaron al lado de los Pumas Agustín Figuerola y Mauro Comuzzi, quienes llegaron desde Buenos Aires gracias al impulso que le brinda la UAR a este proyecto. En otros años lo hicieron Santiago Phelan, Diego Albanese, los hermanos Nicolás y Juan Fernández Miranda, Santiago Fernández, Pablo Camerlinckx, Alfredo Lalanne, Juan Ignacio Gauthier, Patricio Noriega, Raúl Pérez y Pablo y Santiago Gómez Cora.
Pero no es eso sólo lo que prepara la Red Solidaria Federico Acosta. El tema central es la prevención y la solidaridad. Y antes del plato fuerte con sus ídolos –ninguno se quedó sin su foto y su autógrafo-, los chicos recibieron charlas sobre el reglamento, la preparación física, la salud y los valores del rugby.
Garretón y O’Reilly coincidieron el sábado, cuando la actividad –de la que también participó un pilar en estas jornadas, Eliseo Pérez, del área de Desarrollo de la UAR- se centró en los seleccionados juveniles del Noroeste, entrenadores, dirigentes, árbitros y padres.
El ex capitán de Los Pumas, médico neurólogo de profesión, viajó en su auto desde Tucumán, sumando 1.600 kilómetros a los varios miles que ya lleva recorriendo el país con una propuesta didáctica y contundente acerca de la importancia en estos tiempos de reflotar más que nunca el espíritu que pregona el rugby desde su génesis.
Garretón vuelve a aquel 1987. Sostiene que el primer Mundial ha generado un punto de inflexión histórico en el rugby. "Hasta ahí, la balanza entre el espíritu y el juego estaba equilibrada. Algo pasó para que el juego haya crecido enormemente por encima del espíritu".
Para el tucumano de Universitario -31 test en Los Pumas-, amateurismo versus profesionalismo es un falso dilema. "Las miserias humanas están en ambos lados", agrega. Y pone como ejemplo a seguir al equipo que logró el tercer puesto en el último Mundial: "Ellos mostraron cómo se equilibra la balanza entre espíritu y juego".
"Volvamos a los palotes. Así como se hace coaching del juego, hagamos coaching de valores. Tomemos también las cosas positivas que tiene el profesionalismo y busquemos la convivencia y no la confrontación", añade Garretón, quien también hace hincapié en lo peligroso que es compitan mano a mano amateurs con profesionales.
La empresa que lleva adelante desde hace varios años Garretón –"una manera de devolverle al rugby todo lo que me dio"- llegó a la UAR al igual que Camino a Ser Puma. Es necesario que estos proyectos tengan su lugar de privilegio. Siempre es recomendable saber de dónde se viene para después saber adónde se va.